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RESURRECCIÓN DE CRISTO

Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.»

San Mateo, 28,18-20

JESÚS RESUCITÓ

Después de haber sido crucificado bajo el poder de Poncio Pilatos en el monte Gólgota o de la calavera en un Viernes, Jesús Resucitó el Domingo siguiente. El nombre «Domingo» proviene del latín dies Dominica ('día del Señor'), debido a la celebración cristiana de la Resurrección de Jesús. En la antigua Roma se llamaba a este día dies solis ('día del sol'). Y aquí inicia todo, Jesús ha sido Crucificado, Muerto, Sepultado y ha resucitado para nuestra salvación.

El Ángel del Señor hizo rodar la piedra, se sentó sobre ella y habló con las mujeres que buscaban a Jesús, el Ángel les dijo, yo sé que buscan a Jesús Crucificado, no está aquí, pues ha resucitado tal como Él lo dijo.

Todo lo que sucedió se encuentran en las profesías del Antiguo  Testamento, en los Salmos, Isaías, etc. Y aún así muchos no creyeron, pero somos más los que sí creemos, vamos amigo, sigue leyendo en esta página para que conozcas mas acerca de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para Él La Gloria por los siglos de los siglos Amén.

Jesús envía a los Apóstoles

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

San Juan 20, 19 - 23

El Domingo en la mañana

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes.    Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte.    Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.

Los discípulos regresaron entonces a su casa.

San Juan 20, 1 - 10

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María Magdalena se encuentra con Jesús

María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?». María respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo».    Jesús le dijo: «¡María!». Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir «¡Maestro!». Jesús le dijo: «No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: «Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes». María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.

San Juan 20, 11 - 18

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Profecías del Antiguo Testamento

Entendiendo que los libros del Antiguo Testamento se escribieron antes de la llegada de Jesucristo al mundo, pues estos, ya lo profetizaban, es decir, los libros del Antiguo Testamento hablan acerca de Jesucristo, veamos algunas referencias a continuación.

Salmo 16. 8-11

Tengo siempre presente al Señor: él está a mi lado, nunca vacilaré. Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás la Muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha.

Salmo 2, 7-8

Voy a proclamar el decreto del Señor: El me ha dicho: «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy. Pídeme, y te daré las naciones como herencia, y como propiedad, los confines de la tierra.

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