MARÍA VIRGEN
MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA
¿Quién es María Virgen?
María, hija de Ana y Joaquín, Esposa de José. María, a quien se le anunció que tendría un hijo por obra del Espíritu Santo, es decir, sin tener relación con ningún hombre. María acepta esta misión, tener al hijo de Dios, cuidarlo desde su nacimiento y Amarlo con todo su Corazón. María, madre de Jesucristo, que en una boda le pidió a su hijo que ayudara a los novios en el problema de que el vino ya se había terminado. María quien estuvo al pie de la Cruz de Jesús, llorando lágrimas de Madre, momento en que Jesús le dice, estando Juan junto a ella; He allí a tu hijo, y a Juan le dice, he allí a tu Madre, en ese momento, Dios quiso darle al mundo una Madre que es María Virgen, es por eso que decimos, Madre de Dios y Madre Nuestra.
ANUNCIACIÓN
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».Y el Angel se alejó.
Lucas 1,26-38
Lucas utiliza tres veces la palabra Virgen. Al hacerlo, retoma la profecía muy importante de Isaías 7, 14 que la cita en el versículo 31 del capítulo 1; Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo , al que le pondrás el nombre de Jesús.
Comentario Biblia Latinoamericana Edición 2005
En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
Lucas 1,29-45
MAGNIFICA
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».
Lucas 1,46-55
El pueblo judío, aunque era el más alfabetizado del imperio romano, la cultura seguía siendo esencialmente oral. Todo acontecimiento familiar o local era traducido inmediatamente en prosa rítmica, según normas que permitían memorizarlo.
No se concebía un nacimiento, un deceso, sin tal recitación, y quienes se encargaban de ello, eran habitualmente las mujeres. Es en esta “literatura oral” donde aprendían y encontraban las sentencias de la Escritura. Cuando esas recitaciones estaban bien compuestas, los testigos y los vecinos las retenían y así podían permanecer vivas durante muchos años.
María no espero a estar en casa de Zacarías para improvisar el Magníficat. Se había dicho a sí misma y había dicho al hijo que llevaba en su seno cuál sería su nombre y como lo merecería. Lucas recibió el canto de la comunidad cristiana y dejó en aquel texto de María lo que tenía fresco, de primaveral… y de judío.
Ante todo está la acción de gracias, que será característica de los tiempos del Evangelio, el alma de nuestras eucaristías. María se ve en el centro de la obra divina, y también se ve como un ejemplo de la manera divina de guiar al mundo. Anuncia una revolución ya empezada con la venida del Salvador, que continuará a lo largo de la historia; véase Evangelio de Lucas, 5:20.
Biblia Latinoamericana. Edición Revisada 2005.