Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Renuncien a su mal camino y crean en la Buena Nueva.»
Marcos 1,14-15
La Buena Nueva de Jesús
Jesús, enviado por Nuestro Padre del Cielo a la tierra, para que cambiemos nuestros caminos, para que vivamos una verdadera conversión, en función de la Palabra que nos vino a enseñar hace más de 2000 años y que hoy se encuentra más viva que nunca.
El Amor se hizo hombre, para que nosotros nos salváramos, conociendo su Palabra que es la auténtica felicidad y el verdadero Camino para ir en busca del Reino de Dios, y de eso se trata La Buena Nueva de Jesús, escucharla, guardarla en nuestro Corazón, llevarla a cabo con nuestros actos y compartirla con todos los demás.
Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Juan 14,6. Así pues, conozcamos esta Buena Nueva de Jesús que nos lleva al Padre del Cielo.
Dios se hizo hombre. Jesús comparte la vida del pueblo de su tiempo y, como los profetas, enseña con sus palabras y sus actos. Fija su residencia en Cafarnaúm, pues allí dónde viven los pescadores que forman el primer núcleo de sus discípulos; vivirá como allegado en casa de Simón.
¿En qué consiste su primera predicación? El tiempo se ha cumplido. Finaliza la larga espera del pueblo judío, con promesas de Dios siempre aplazadas. Los tiempos fijados por Dios han llegado y la manifestación de Dios, anunciada por los profetas, está muy cerca.
Cambien sus caminos. Es lo que significa la palabra “conviértanse”. Nos llama a creer << Despójense de todo lo que les impide escuchar y ver, y crean >>
Comentario Bibilia Latinoamericana Edición revisada 2005
Jesús dice Síganme
Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme y yo los haré pescadores de hombres.» Y de inmediato dejaron sus redes y le siguieron.
Marcos 1,16-18
Jesús llama y compromete a los hombres. Vino para <<reunir en uno a los dispersos hijos de Dios>> (Juan 11,52); la señal de esto fue reunir a los primeros apóstoles en su derredor. De igual modo, a lo largo de los siglos, la reunión de los hombres en la única Iglesia de Jesucristo será la señal de la obra de salvación que Dios realiza por medio de su Hijo. Jesús lanza una invitación apremiante y exigente para trabajar con Él para que venga el Reino. De inmediato lo siguieron, es decir, que empezaron a vivir con Él, abandonando a su familia y su trabajo. Como los maestros de religión de su época, los rabinos, así Jesús instruye a sus primeros discípulos y les comunica las enseñanzas que transmitirán a los demás en la Iglesia.
Comentario Bibilia Latinoamericana Edición revisada 2005
Jesús ha venido a llamar a los pecadores
Mientras caminaba, vio al que estaba sentado en la aduana. Era Leví, hijo de Alfeo. Jesús le dijo: «Sígueme.» Y él se levantó y lo siguió. Jesús estuvo comiendo en la casa de Leví, y algunos cobradores de impuestos y pecadores estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos; en realidad eran un buen número. Pero también seguían a Jesús maestros de la Ley del grupo de los fariseos y, al verlo sentado a la misma mesa con pecadores y cobradores de impuestos, dijeron a los discípulos: «¿Qué es esto? ¡Está comiendo con publicanos y pecadores!» Jesús los oyó y les dijo: «No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»
Marcos 2,14-17
Para entrar en la familia de Dios debemos de cambiar nuestra manera de mirar las cosas y a las personas. Esta conversión no se nota tan fácilmente como la participación en las ceremonias litúrgicas, pero, aunque cueste más conseguirla es de más valor.
Ante todo, hay que librarse de los prejuicios de clase. Dejemos de dividir a los hombres entre buenos y malos, entre los que se puede saludar y los que no; entre los que se debe de amar y ayudar y los que no. Aprendamos que Dios ni a los ricos ni a los mal educados ni a los de la izquierda ni a los de la derecha, y que su plan misericordioso contempla la salvación de todos.
Comentario Bibilia Latinoamericana Edición revisada 2005
Vayan y aprendan lo que significa esta palabra de Dios: Me gusta la misericordia más que las ofrendas. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Jesús de Nazareth. Mateo, 9, 1.
Jesucristo lo dejó muy claro, somos los pecadores por lo que Él ha venido al mundo, ¿aún no le crees?, ¿qué esperas?, conócelo, háblale, pregúntale, derrama en tu Oración todo, pero todo lo que hay en tu Corazón. Jesús te está esperando para que le pidas todo aquello que tu Corazón guarda y que no confiaría a cualquiera.
Los Dos Mandamientos más importantes
Entonces se adelantó un maestro de la Ley. Había escuchado la discusión y estaba admirado de cómo Jesús les había contestado. Entonces le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Jesús le contestó: «El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es un único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas. Y después viene este otro: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento más importante que éstos.»
Marcos 12,28-31
AMAR A DIOS. Amarás al Señor, tu Dios. Muchas personas se extrañan al ver que este primer mandamiento no está en los diez de Moisés, que hablan sólo de servir a Dios. Pero lo leemos en Deuteronomio 6,4-5: Escucha, Israel: Yavé, nuestro Dios, es Yavé-único. Y tú amarás a Yavé, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Amar a Dios no es un mandamiento como los demás. Pues los mandamientos señalan obras precisas que debemos cumplir o de las que nos debemos de abstener; por ejemplo: Descansarás en día del Señor. o no cometerás adulterio. En cambio, toda nuestra existencia está implicada en esto de Amar a Dios.
Comentario Bibilia Latinoamericana Edición revisada 2005